¡Hola de nuevo! Aquí estamos otra vez con la tercera y última entrega de esta serie de artículos sobre «El ukelele en el cine». Como os prometimos, esta vez vamos a mostrar al Sr. Don Ukelele. Ya no es un juguetito gracioso y decorativo, ahora aporta mucho más significado a la trama del film. Y, sobre todo, aunque las películas que citamos son pocas, por lo menos han sido de gran importancia para que el pequeño instrumento se convierta en algo de moda, en algo cool.
De todas formas, nos reservamos una sorpresa para el final, no vayáis a creer que solo el cine alternativo, o los hipsters y modernillos , han sabido ver lo molón que es nuestro amigo.
EL UKELELE ESTÁ DE MODA, ES COOL, HIPSTER Y ALTERNATIVO
En 2010, se estrenó Blue Valentine, drama romántico dirigido por Derek Cianfrance con Ryan Gosling y Michelle Williams como protagonistas. La película narra la historia de amor y desamor de una pareja. Y lo curioso es que intercala dos líneas temporales: el pasado, donde surge el amor, y el presente, donde la pareja se deteriora y se autodestruye.
Nuestra escena favorita, por lo menos para los amantes del ukelele, es cuando Gosling le dice a Williams «Yo toco una canción y tú bailas». Él se encuentra con ella en un autobús, y va con su ukelele a cuestas. Y, ¿por qué? Porque, como todos sabemos, una de las ventajas del uke es que es pequeño, manejable y te lo puedes llevar a cualquier sitio.
Así que este encuentro de flirteo culmina con Gosling tocando el uke y Williams marcándose unos pasos de claqué mientras él le canta «You Always Hurt the Ones You Love» (Siempre hieres a la persona que amas). Y esto, amigos, es una premonición. Es donde tenemos la clave de cómo va a acabar esta historia de amor. Podemos decir que la secuencia es donde se unen las dos líneas temporales que tiene la película. ¿Tiene o no tiene importancia nuestro uke?
Aquí os dejamos la escena, divertida, encantadora y la consagración del ukelele en el cine… por lo menos en el mundillo independiente.
Y por fin, el reconocimiento de la Industria. Una canción, interpretada con ukelele, es nominada al Oscar a Mejor Canción Original. Fue en la 84ª Edición, y formaba parte de la banda sonora de la película Her . Compuesta por Karen O en colaboración con el director de la cinta, Spike Jonze, «The Moon Song» es pequeña pero complicada, perfecta para la película y casi mágica. La compositora y cantante reveló a la revista Rolling Stone que la canción «fue escrita y grabada en las condiciones más modestas, en mi comedor, a unos metros del sillón en el que leí por primera vez el guión de Her» .
Her se estrenó en 2014, y en ella Joaquin Phoenix se enamora de un sistema operativo, al que da voz Scarlett Johansson. Es otra vez una historia de amor, aunque más bien algo sobre la conexión entre dos seres y el amor en la distancia (dado que ella no tiene una presencia física). La canción, expresamente compuesta para el film, surge cuando los protagonistas se van a una cabaña en medio de las montañas, y Phoenix con su ukelele y Johansson con sus palabras, cantan esta canción de cuna. ¿Por qué elegir interpretarla con un uke? Porque gracias a él, y ayudado de la voz de Scarlett, desafinada en algunas notas, se consigue dar más sinceridad e intimidad a la escena. ¡Todo lo que puede conseguir nuestro pequeño amigo!
Y para finalizar, y como lo prometido es deuda, solo añadir que aunque estas dos películas han ayudado mucho a que el ukelele triunfe y sea un instrumento de moda, alternativo y molón, no queremos olvidarnos del maestro Woody Allen. Ya en 1985, nos regaló esta escena de La Rosa Púrpura del Cairo, donde los personajes se dejan llevar, liberándose de sus presiones y manifestando su alegría. Fantástica Mia Farrow tocando el ukelele y Jeff Daniels cantándole.
¿A quién no le apetece coger un ukelele y aprender a tocar después de ver esto?
Independientemente de modas, concepciones o estilos, nosotros nos queremos dejar convencer por Jake Shimabukuro cuando dice : «Lo que el mundo necesita ahora es Ukelele. Es el instrumento de la Paz, porque si todo el mundo tocara el ukelele, el mundo sería un lugar más feliz».
Artículo original del Club Ukelele Valencia